Por: Tomás Jiménez A. Que
bogotano no conoce la Av. Jiménez con Caracas? Y el que no lo conozca nunca
debería ir, o al menos dentro de lo necesario. El epicentro de la compra y
venta de artículos robados de Bogotá, la ley de todos los días es: “Compro,
vendo, robo, reparo y abro bandas” y para mal de colmos no lo dice cualquiera,
lo dice un joven de escasos 15 años que apenas sabe de la vida, o quizás sabe
demasiado.
Resulta ser
entonces que se volvió el negocio más rentable, los ladrones llegan a ese
lugar, venden a un precio muy bajo, los comerciantes reparan y venden a dos o
tres veces el precio de compra, ¿Dónde está el pierde? En ningún lado,
¿entonces cual es la excusa para que lo dejen de hacer? Es que no es solo culpa
de ellos, las personas van y compran porque consideran que es un ‘gangaso’ lo
que no se dan cuenta es que puede ser víctima de ese invento, y así todo será
siempre un circulo vicioso sin terminar. Vender, robar, comprar y volver a
vender; han pensado ustedes por cuantas manos pudo haber pasado un objeto de
esos..(?)
Pero el problema
no termina ahí, si por un lado no está a policía corrupta que permita este tipo
de negocio o que probablemente hace parte también, por el otro lado, como dice
Juana Restrepo, periodista de KienyKe “El comandante que hoy patrulla por este
sector del centro dice que los comerciantes reciben algún tipo de visitas de la
Dian, que les incauta mercancía, pero a los pocos meses todo vuelve a ser
igual, pues este tipo de embargos son esporádicos”
¿Existe solución
para este problema? Es que tan grave se ha vuelto que ha dejado víctimas, y no
una ni dos En un estudio realizado entre 7 mil personas, el 50 por ciento de
los entrevistados dice que fueron despojados de sus celulares y la cosa sigue
igual… Según la Encuesta de Percepción y Victimización de la Cámara de Comercio
de Bogotá el hurto a personas es el delito más reportado por las víctimas con
un 85% y los celulares siguen siendo los objetos más robados en la capital.
Los problemas no
terminan y nos estamos cansando porque son más lo problemas que las soluciones;
pero ¿Qué se puede hacer? Pues NO comprar cosas robadas, es tan sencillo como
eso, si no existe la demanda no existe la oferta, básico principio de una
economía. El problema es que las cosas se volvió internacional, roban aquí y
venden allá; Ecuador, por ejemplo, es el destino de muchos de los artículos
robados en el país según informes de la Policía Nacional. Muy bonito cambiar el
café por cachivaches de segunda.
Las autoridades
afirman que la falta de denuncias por parte de los ciudadanos dificulta el
proceso de detección de este delito. Es paradójico por que la policía necesita
ver el acto infraganti para poder hacer algo y en caso de que la víctima ponga
el denuncio estoy seguro que el Sherlock Homes criollo no va a ir a investigar
el delito. Además póngase a pensar, usted necesita pasar por el lugar donde lo
robaron todos los días, el delincuente dura 24 horas en la UPJ y sale a
chuzarlo, literalmente.
Es ahí donde el
ser humano piensa que no vale la pena arriesgar su vida por un artículo por el
que ha ahorrado infinitos días para comprarlo. Entonces la gente ya no quiere
comprar cosas porque no vale la pena salir a la calle y que cualquiera llegue y
se lo robe. Es triste hasta el punto en que hemos llegado; y los dejo porque
estoy en la calle y de pronto me roban.
No sólo los delincuentes crean inseguridad en una sociedad, sino que las mismas personas hacen que los ladrones sean ladrones, ya que en una país como Colombia, algunos prefieren comprar de lo robado porque tiene menor precio, pero en realidad no saben el daño que causa estas acciones.
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