viernes, 2 de agosto de 2013

¿Cuál es la posición del grupo memoria histórica en los diálogos de paz?

El discurso dado por el director general del Centro Nacional de Memoria Historia (CNMH), Gonzalo Sánchez Gómez en el evento de presentación pública del informe ¡basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, realizado el pasado 24 de julio en la plaza de armas de la casa de Nariño, es un memorial de agravios  de centenares de miles de víctimas del conflicto armado interno, pero también aspira a ser un acta de compromiso con la transformación del futuro de Colombia.
Documentan la violencia sufrida por tantos y tantas compatriotas que en este país llevan décadas sin conocer un día en paz. Ha sido una violencia de larga trayectoria asociada a múltiples conflictos sociales y políticos irresueltos. Una violencia que se ha ido transformando en sus actores, en sus motivaciones, en sus intensidades y en sus mecanismos. Es una guerra que ha involucrado a la mayor parte del territorio nacional, si bien de manera muy desigual. Pero sobre todo, es una guerra  cuya inmensa mayoría de víctimas forman parte  de la población civil no combatiente. Es por tanto una guerra injusta, que ha roto todas las reglas humanitarias, más allá de los objetivos sociales o políticos que los múltiples bandos puedan presentar.
En el evento, Sánchez Gómez se dirigió al presidente diciéndole: “Al hacerle entrega de este informe, Señor Presidente,  y por su intermedio a las víctimas y a la sociedad colombiana, estamos cumpliendo un mandato de ley, pero sobretodo estamos llevando a cabo una responsabilidad ética y moral particularmente frente a las víctimas: La responsabilidad de esclarecer lo sucedido  y de visibilizar su tragedia.” Y así mismo hizo énfasis en la importancia de este documento en el proceso de paz.
El discurso además plantea las realidades que aquí son muy duras. Del conjunto de muertes violentas ocurridas en el país entre  1958 y 2012, por lo menos 220.000  tienen su origen en el conflicto armado, y de estas el  80% han sido civiles. Se trata de cientos de miles de víctimas fatales producto en especial de masacres, y asesinatos selectivos, a las que hay que sumar, muchos otros miles de víctimas de desaparición forzada, desplazamiento forzoso, secuestros, ejecuciones extrajudiciales, reclutamiento ilícito, tortura, minas antipersonales, y violencia sexual.  Son miles de víctimas, muchas de las cuales han pasado desapercibidas, no solo por la estrategia de ocultamiento empleada por los actores armados sino por la indiferencia social e institucional.
Pienso que el compromiso es con las victimas principalmente, reconocer a las víctimas como una parte fundamental de los diálogos de paz. Muchos de ellos no están de acuerdo con el reintegro a la sociedad civil de los que en el pasado le hicieron daño. El presidente santos debe valorar de manera importante la opinión de estas personas que se reunieron precisamente para hacerse escuchar.
Con este discurso quisieron decir que es tan importante el perdón del gobierno colombiano como el perdón de los grupos ilícitos, pero hacen una anotación y es el hecho de que no sea un perdón obligado, que no sea un perdón de apariencia, en el que se pida perdón, se tomen la foto y hasta ahí llegue el tema. Insisten en que el perdón debe ser de corazón, debe darse de parte y parte y que se sienta la honestidad de la declaración.
Las victimas hacen énfasis en que el gobierno se equivocó en el manejo del conflicto, dejando morir miles de personas si atacar las causas directas del conflicto. Pienso que todo colombiano es víctima, así lo sea en menor porcentaje, del conflicto armado en Colombia y merecemos tener vos y voto en las decisiones. No es posible que los que antes nos hicieron daño nos gobiernen en un futuro, no podemos dejar que los victimarios se conviertan en víctimas y la única salida que puedan lograr es participar en el gobierno colombiano para no ir a la cárcel.
Colombia es un país dolido, pero así mismo es un país que no tiene memoria. También es cierto que de no tomar esa opción seguiríamos por quien sabe cuántos años más en guerra. Es difícil llegar a una decisión, pero tampoco podemos dejar que manejen sus intereses. ¡No olvidemos que las victimas somos todos! Por: Tomás Jiménez A