Estudiante de comunicación social de la Universidad Sergio Arboleda. Blog de opinión PÚBLICO
miércoles, 2 de octubre de 2013
viernes, 6 de septiembre de 2013
Paró la democracia
http://www.youtube.com/watch?v=EdgqJay18R0&feature=youtu.be
Amanece una vez más en la fría capital colombiana, como es costumbre un hombre enciende un cigarrillo y con su mano derecha sostiene un vaso de icopor con un líquido oscuro y a punto de hervir. El café, el mismo que los campesinos cultivan en los campos patrios. Ese mismo hombre camina a su trabajo disfrutando el café, mientras camina por la 7, entre la calle 5 y 4, sin saber que en ese momento, al frente de sus ojos pero detrás de una pared, cuyo nombre recuerda aquel histórico luchador que tradujo los derechos humanos, está el señor presidente Juan Manuel Santos diciendo “No vamos, óigase bien, que esto quede muy claro, no vamos a sentarnos a negociar nada en medio de un paro”.
Amanece una vez más en la fría capital colombiana, como es costumbre un hombre enciende un cigarrillo y con su mano derecha sostiene un vaso de icopor con un líquido oscuro y a punto de hervir. El café, el mismo que los campesinos cultivan en los campos patrios. Ese mismo hombre camina a su trabajo disfrutando el café, mientras camina por la 7, entre la calle 5 y 4, sin saber que en ese momento, al frente de sus ojos pero detrás de una pared, cuyo nombre recuerda aquel histórico luchador que tradujo los derechos humanos, está el señor presidente Juan Manuel Santos diciendo “No vamos, óigase bien, que esto quede muy claro, no vamos a sentarnos a negociar nada en medio de un paro”.
Han pasado 18 días desde que
empezó agosto y la tensión se siente en el ambiente, una delgada línea entre la
calma y el desorden, un desorden que puede llegar a ser violento. Transportadores,
movimientos campesinos y empleados del sector de la salud ratifican su intención
y empieza el paro nacional agrario, en una Colombia que busca la paz en la
habana, el presidente se pone nervioso, expertos aseguran que este paro podría complicar
su reelección.
¿Por qué protestan? Pregunta
un periodista a un anciano pero vigoroso protestante, su fisiología lo identifica
claramente como un campesino, a decir verdad, todos se aglomeran detrás de él
como dándole la vocería y el liderazgo.
-
Protestamos por la falta de cumplimiento de
las promesas gubernamentales, referentes al apoyo económico y a la defensa de
nuestros intereses sectoriales.
Ha pasado un día, continúa
la tensa calma, apenas está iniciando la semana y parece que a medida que pasan
los días, de manera coincidente, aumenta el paro. Es claro que la población no
se encuentra en estado de bienestar, y para rematar, 6 días luego del inicio
del paro campesino, nuestro señor presidente, si, nuestro, porque a pesar de
todo fue elegido por voto popular, método que intenta engañar a los colombianos
haciéndoles creer que en Colombia existe la democracia, se dirige al pueblo
diciendo:
-
“El tal paro nacional no existe” “El paro no
fue lo que esperábamos”
A veces pareciera que
NUESTRO presidente, es lindo decir nuestro, hace sentir que somos parte de una
democracia donde solo participa la oligarquía, le hiciera falta un asesor de
comunicaciones, ¿sería correcto, señor presidente, decir eso en medio de una
protesta, donde unos campesinos exigen el derecho de ser escuchados y con ese
tono retador? Quiere decir que la democracia por medio de la cual fue elegido
dejo de existir precisamente en el momento en que los campesinos quisieron
hacer uso de ella.
Colombianos que llevan la
bandera en su corazón, nacidos dentro de una soberanía creada por una nación ¿no
merecen que el estado luche por su bien-estar?.
Dentro de una sociedad es cierto que cada persona cumple un rol específico,
pensemos en el momento en que esa persona no pudiera cumplir con el rol que le
corresponde, quiere decir que deja de ser productivo para la sociedad, en otras
palabras un mantenido. El estado debe procurar darle la oportunidad a cada uno
de los ciudadanos y no solo darle la oportunidad, garantizarle sentirse y verse
útil, así mismo eso le traerá una remuneración y el nivel de vida de los
ciudadanos aumentara, entre más ingresos, más poder de compra y más calidad de
vida. ¿Por qué siempre el gobierno, y no solo este sino también los anteriores
gobiernos, ponen los intereses políticos por encima del estado de bienestar del
pueblo?.
Ya la tensa calma desapareció
para convertirse en un tenso y preocupante conflicto interno, que
desgraciadamente traería consigo violencia, heridos, muertos e indignados. Era
jueves, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, y no porque lo hubiese visto en televisión,
sino porque me tocó verlo de otra manera. Bogotá ardía en llamas de violencia,
un pueblo cansado de los abusos y de no ser escuchado se revela. Durante la
semana de ese jueves, todos los días en las noches, el pueblo salía a golpear
sus cacerolas, hasta que el jueves, desde las 9 am cambiaron sus cacerolas por
piedras, y empieza una triste guerra interna, me pregunto: si no hubiera pasado
esto… ¿el gobierno les hubiera puesto atención… o seguirán con la frase de que
el tal paro campesino no existe?
Las redes sociales estaban
infestadas de denuncias de abusos policiacos, millones de estudiantes y
ciudadanos perdían el respeto a los que sobre el papel son los que cuidan al
pueblo, pero en ese momento eran los que herían al pueblo. En respuesta a la
pregunta - ¿Señor agente su familia de donde es? ¿Apoya el paro nacional
agrario? El policía dice: lo siento
señor, en esto no tenemos ni voz ni voto.
Son las 6 de la mañana y el
presidente se prepara para hablarle a todos los colombianos, ¿porque tan
temprano? Bueno, quizá eso no importa. Comienza a hablar el presidente, todos a
la expectativa de una solución salida de los labios del mandatario de todos los
colombianos. Extrañamente la alocución se desvía y al final, cualquiera que la
escucho quedó en las mismas.
¿Cuál fue la solución?
Bogotá militarizada con más de 50.000 hombres ¿Son los campesinos los
delincuentes? Lo que le asusta al gobierno es la infiltración de la guerrilla
en las marchas protestantes, cosa que ya fue denunciada en las protestas del Catatumbo
pero que nunca fue comprobado. Instantáneamente la guerrilla dice: “apoyamos el
paro nacional agrario”.
La opinión en nuestro país se
divide, hay quienes invocan al ex presidente Alvaro Uribe Velez diciendo: “vuelve
señor presidente, te necesitamos” y Uribe contrariando siempre las decisiones
de Santos; que a propósito, a raíz del paro su imagen favorable decayó y llego
a 72% la impresión negativa del presidente actual para los colombianos.
La percepción del país se
encuentra en niveles muy bajos. El 82 por ciento considera que las cosas en
Colombia están empeorando, y sólo el 17 por ciento cree que están mejorando.
Una cifra similar no se presentaba desde el año de 1999, durante la
administración de Andrés Pastrana.
Los colombianos se declaran
preocupados porque según encuestas dicen que: está creciendo la corrupción
(80%), empeora la economía (71%), también el desempleo (68%), empeora el
problema de la guerrilla (64%), el del narcotráfico (48%), el costo de vida
(81%), la inseguridad (81%).
Ahora, luego de 2 semanas de
iniciado el paro, el gobierno reacciona y se sienta en la mesa de negociación con
los representantes de los campesinos. Voceros de los pequeños agricultores del
centro de Colombia aspiran a que en antes del fin de semana se selle un acuerdo
con el gobierno de Juan Manuel Santos, que hace malabarismos para conseguir
recursos adicionales por al menos 1.000 millones de dólares y atender el
próximo año las necesidades del sector agrario.
La protesta de los
cultivadores iniciada el 19 de agosto, y a la que se sumaron otros sectores
como los camioneros que transportan carga, no sólo ha derrumbado la popularidad
del mandatario sino que además tiene a sus planificadores económicos en busca
de fuentes de financiamiento para cubrir los diferentes compromisos adquiridos
para 2014, un año de elecciones
presidenciales.
Santos, que no ha comentado
los resultados de las encuestas, debe anunciar en noviembre, el plazo máximo
legal de seis meses antes de las elecciones presidenciales de mayo de 2014, si
buscará o no un segundo gobierno.
Los campesinos y el Gobierno
Nacional, reunidos en Tunja, lograron en la noche del miércoles los primeros
acuerdos que permitirán dar protección a la producción agraria y levantar el
Paro Nacional después de 17 días.
El Gobierno decretará
salvaguardas frente a la importación actual y futura de productos como papa
fresca y pre-cocida congelada, arveja, cebolla, fríjol, tomate, leche en polvo
y queso de los países de Mercosur y la CAN, durante dos años.
Puede ser que la imagen decadente
del presidente de la republica haya puyado y presionado para una negociación con
los campesinos. ¿Será que hay intereses políticos de por medio? Porque lo que
se sabe es que Santos buscará una reelección. Era necesaria esta movilización,
el gremio agricultor, como sociedad civil, unida por una causa común, tuvo que
hacer uso del derecho de manifestaciones para que se les sea suplido el estado
de bienestar, de obligatorio cumplimiento por parte del gobierno. Que trajo
unos diálogos y unos acuerdos pero que al final no sabemos si tiene intereses políticos,
2 meses más y esa pregunta se podrá responder.
Hoy puedo levantarme más
tranquilo, pues el paro se levantó, al menos las carreteras ya no se encuentran
bloqueadas. Pero todo está bastante caro, y bastante se queda corto.
Afortunadamente para el gobierno la selección Colombia juega el viernes uno de
sus partidos más importantes de cara a la clasificación al mundial Brasil 2014.
Así como pasó el día de la toma del palacio de Justicia, la recordada orden que
dio Noemí Sanín como Ministra de Comunicaciones durante el gobierno de
Belisario Betancourt.
viernes, 2 de agosto de 2013
¿Cuál es la posición del grupo memoria histórica en los diálogos de paz?
El discurso dado por el director
general del Centro Nacional de Memoria Historia (CNMH), Gonzalo Sánchez Gómez
en el evento de presentación pública del informe ¡basta ya! Colombia: memorias
de guerra y dignidad, realizado el pasado 24 de julio en la plaza de armas de
la casa de Nariño, es un memorial de agravios
de centenares de miles de víctimas del conflicto armado interno, pero
también aspira a ser un acta de compromiso con la transformación del futuro de
Colombia.
Documentan la violencia sufrida
por tantos y tantas compatriotas que en este país llevan décadas sin conocer un
día en paz. Ha sido una violencia de larga trayectoria asociada a múltiples conflictos
sociales y políticos irresueltos. Una violencia que se ha ido transformando en
sus actores, en sus motivaciones, en sus intensidades y en sus mecanismos. Es una
guerra que ha involucrado a la mayor parte del territorio nacional, si bien de
manera muy desigual. Pero sobre todo, es una guerra cuya inmensa mayoría de víctimas forman
parte de la población civil no
combatiente. Es por tanto una guerra injusta, que ha roto todas las reglas
humanitarias, más allá de los objetivos sociales o políticos que los múltiples
bandos puedan presentar.
En el evento, Sánchez Gómez se dirigió
al presidente diciéndole: “Al hacerle entrega de este informe, Señor Presidente, y por su intermedio a las víctimas y a la
sociedad colombiana, estamos cumpliendo un mandato de ley, pero sobretodo
estamos llevando a cabo una responsabilidad ética y moral particularmente
frente a las víctimas: La responsabilidad de esclarecer lo sucedido y de visibilizar su tragedia.” Y así mismo
hizo énfasis en la importancia de este documento en el proceso de paz.
El discurso además plantea las
realidades que aquí son muy duras. Del conjunto de muertes violentas ocurridas
en el país entre 1958 y 2012, por lo
menos 220.000 tienen su origen en el
conflicto armado, y de estas el 80% han
sido civiles. Se trata de cientos de miles de víctimas fatales producto en
especial de masacres, y asesinatos selectivos, a las que hay que sumar, muchos
otros miles de víctimas de desaparición forzada, desplazamiento forzoso,
secuestros, ejecuciones extrajudiciales, reclutamiento ilícito, tortura, minas
antipersonales, y violencia sexual. Son
miles de víctimas, muchas de las cuales han pasado desapercibidas, no solo por
la estrategia de ocultamiento empleada por los actores armados sino por la
indiferencia social e institucional.
Pienso que el compromiso es con
las victimas principalmente, reconocer a las víctimas como una parte fundamental
de los diálogos de paz. Muchos de ellos no están de acuerdo con el reintegro a
la sociedad civil de los que en el pasado le hicieron daño. El presidente
santos debe valorar de manera importante la opinión de estas personas que se
reunieron precisamente para hacerse escuchar.
Con este discurso quisieron decir
que es tan importante el perdón del gobierno colombiano como el perdón de los
grupos ilícitos, pero hacen una anotación y es el hecho de que no sea un perdón
obligado, que no sea un perdón de apariencia, en el que se pida perdón, se
tomen la foto y hasta ahí llegue el tema. Insisten en que el perdón debe ser de
corazón, debe darse de parte y parte y que se sienta la honestidad de la declaración.
Las victimas hacen énfasis en que
el gobierno se equivocó en el manejo del conflicto, dejando morir miles de
personas si atacar las causas directas del conflicto. Pienso que todo
colombiano es víctima, así lo sea en menor porcentaje, del conflicto armado en
Colombia y merecemos tener vos y voto en las decisiones. No es posible que los
que antes nos hicieron daño nos gobiernen en un futuro, no podemos dejar que
los victimarios se conviertan en víctimas y la única salida que puedan lograr
es participar en el gobierno colombiano para no ir a la cárcel.
Colombia es un país dolido, pero así
mismo es un país que no tiene memoria. También es cierto que de no tomar esa opción
seguiríamos por quien sabe cuántos años más en guerra. Es difícil llegar a una decisión,
pero tampoco podemos dejar que manejen sus intereses. ¡No olvidemos que las
victimas somos todos! Por: Tomás Jiménez
A
Suscribirse a:
Entradas (Atom)