Por: Tomás Jiménez A.
Cómo no amar la televisión si es la que nos saca de la tormentosa rutina
diaria. ¿Qué sería de nosotros como país si conociéramos la realidad sin ningún
filtro? Un desastre imagino yo. Recordamos con idolatría aquel suceso, casi símbolo
patrio y único, del famosísimo partido de futbol durante la toma del Palacio de
Justicia; alega Noemí Sanín, la Ministra de Comunicaciones de la época, que jamás
hubo censura, óigase bien –jamás- Lo que
ella intentó fue evitar un nuevo Bogotazo lo cual todos los colombianos
agradecemos encarecidamente y más los bogotanos.
El 13 de junio de 1954 de inauguró oficialmente la televisión
colombiana. La empresa de la Televisión tenía unos ideales y principios claros
que fueron formulados desde su carácter estatal. El gobierno en busca de
herramientas para la divulgación cultural y la educación popular, encontró en
la televisión el medio ideal que a su vez servía para difundir la imagen de las
Fuerzas Armadas y el proyecto político de estas. Afortunadamente ese ideal de cultura
y educación se mantiene hasta hoy en día.
Y es que si lo vemos desde la perspectiva social, familias
con ocho o diez hijos es porque no tienen o tuvieron televisor, póngale la
firma. Por eso hoy salgo a defender a la televisión a capa y espada. Arriba la televisión
por una sociedad más ignorante y desinformada; seguramente las respuestas, como
es común serán: -¡pero como! Si la televisión es la que nos informa todos los días.
Pues resulta ser, mi querido tele-espectador, que esa información, que usted y
yo consideramos tan valiosa, esta sesgada por unos intereses políticos que
usted no conoce, ni yo. El problema sería que los conociéramos, nos tildarían
de guerrilleros o paramilitares según diestra o siniestra corresponda.
Cómo decía el famoso héroe colombiano Heriberto de la Calle,
“Este país se escandaliza porque uno dice hijueputa en televisión, pero no se
escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosnas, eso sí
no... eso es folklore”.
Nos preguntamos todos, ¿cuál es el proceso a seguir? Pues
para ser sinceros mientras exista la corrupción, la manipulación política y económica
de la información y la visión del periodismo como un ‘oficio’; la televisión seguirá
llenándose de programas de farándula, que son extremadamente importantes,
aprendernos a vestir de smoking en una sociedad donde el porcentaje de personas
en condición de pobreza extrema es casi el 10% de la población.
No siendo más, y con mucho gusto, espero todos sigan mi
campaña para la defensa de la televisión colombiana. Para no salir de la moda
de hoy en día; y, como es costumbre escribir así; todos al hashtag #yodefiendoacapayespadalatelevisioncolombianaporquemeparecemuybuenaymegusta.
No olvide escribir su nombre, apellido, dirección, teléfono y cualquier dato
importante; pues en caso de algún reclamo ya se sabe dónde encontrarlo fácilmente
para que no vuelva a decir una burrada de esas.
Afortunadamente nadie se le ha ocurrido decir nada para
solucionar el tema; bendito sea mi Dios: que no nos van a cambiar esos dos
canalitos como dice Omar Rincón, si nos ponen otro nos volvemos un rollo. Y es
que nadie los entiende, compiten como fieras a ver quién muestra las mejores
nalgas, pero ¡ay de que los toquen! Salen disparados con la EAU – Escuadron de
abogados unidos.
Dije que me despedía y no me despedí, pues ahora sí; queden
todos muy atentos por que la cosa televisiva seguirá… mo-vien-do-se.
El estilo me gusta bastante. El título llama la atención pues estoy segura que más de la mitad de la población colombiana es consciente de la pésima calidad de los contenidos de la televisión del país.
ResponderEliminarLas relaciones que hace con comentarios hechos por personajes relacionados con el medio son muy interesantes.
Lo único medio maluco es la falta de puntuación y ortografía en algunos casos.
Es otro punto de vista, la televisión colombiana o más bien las telenovelas y realities son un simple escape de la realidad colombiana. Para qué televisión seria y programas informativos que sólo son manipulados por Santos domingo y Lülle influenciados por los altos mandos del gobierno
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